martes, 12 de octubre de 2010

¿Divina ausencia?

  Ahora que me doy cuenta el nombre que le puse al blog es
bastante sacrílego. Claro, como está como epíteto no logré
notarlo desde un comienzo. Que mal.
 Bueno y a modo de atribuirle mi mal ventura a algún hecho
como es mi costumbre, he encontrado la madre de todas
las posibles razones: reconocer si bien inconscientemente,
que no tengo a Dios de mi lado.
Lo que me faltaba.
En fin, ya está hecho. Me conformo con saber que no lo pensé
de esa forma en la génesis.
  Aprovechando el término de ausencia, admitir lo evidente:
He desaparecido por un tiempo.
 Mucho que hacer, mucho que pensar y seguir pensando, para
nunca lograr decidirme...
Luego está la universidad, destacando la detestable para muchos
y obviamente para mí también, química orgánica práctica, es decir,
laboratorio.
  Si antes pensaba que iba a morir joven por los infortunios de la
vida, ahora no dudo que algún reactivo me usará a mí como su
reactivo limitante y me consumiré completamente para dar un
producto de un rendimiento adecuado C: (por lo menos).
Los posibles escenarios que veo son: quedar con alguna quemadura
grave debido a la manipulación a mano descubierta de ácidos fuertes
y bases fuertes (Ácido Sulfúrico concentrado y Soda cáustica
respectivamente), tener eventualmente problemas
respiratorios por la frecuente emisión de gases tóxicos, fatigarme
por el odor de las disoluciones, cultivar un cáncer al trabajar con
nitrógeno, contraer alguna dudosa afección dado el continuo contacto
con los reactivos y soluciones (que yo tomo como que fuese agua o talco)
o en definitiva perder alguna parte importante del cuerpo por salpicadura
de alguna mezcla nitrante.
  Si la gente piensa que jugar con fuego es de lo más peligroso, los
invito a participar de un trabajo práctico en el laboratorio de orgánica.
  Y si piensan que eso ha sido malo, quiebra un material de laboratorio
y se desatarán los siete infiernos de la mano de alrededor de cuatro
verdugos que te harán saber cuan caro salió esa cagá de vidrio toda
picante, rayada y a veces deforme, con la estimación correspondiente
de la inminente compra de dicho material.


p-nitroacetanilida
Es lo que tuve que preparar hoy con más de un inconveniente,
pero para mi felicidad superficialmente no quedé con marcas.

Para finalizar... un proverbio:

"No juegues con la mezcla nitrante que vas a perder la mano"
:-)

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